martes, 27 de octubre de 2020

BALDOSAS 2020

 


BALKAN 2020

19 x 18 cm
Mosaico/madera

Colección Particular 



DEM 2020

18,5 x 21 cm
Mosaico/madera



DOLORES 2020

18 x 18,5 cm
Mosaico/madera

Colección Particular 



DOM 2020

18 x 18 cm
Mosaico/madera



EIXAMPLE 2020

18 x 18,5 cm
Mosaico/madera



ELIYA 2020

13 x 13 cm
Mosaico/madera



FLESH 2020

15 x 15 cm
Mosaico/madera



HENDRICKJE 2020

18 x 18 cm
Mosaico/madera

Colección Particular 



JARIFA 2020

18,5 x 18,5 cm
Mosaico/madera

Colección Particular 



JUST 2020

18 x 18,5 cm
Mosaico/madera



MUTAMID 2020

18,5 x 18,5 cm
Mosaico/madera

Colección Particular 



NINE 2020

18 x 18 cm
Mosaico/madera



NUBLA 2020

18 x 18 cm
Mosaico/madera

Colección Particular 



NUDE 2020

18 x 18 cm
Mosaico/madera

Colección Particular 



PENC 2020

18 x 18,5 cm
Mosaico/madera



PEREILA 2020

18,5 x 18,5 cm
Mosaico/madera



ROBYN 2020

20 x 20 cm
Mosaico/madera



YORK 2020

15 x 15 cm
Mosaico/madera

Colección Particular 








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lunes, 12 de octubre de 2020

ONE AND A HALF DIRTY NUDE. 2020

 


"One and a half dirty nude. 2020"

78 x 56 y 51 x 31 cm
Mosaico/madera



"One and a half dirty nude. 2020"

Detalle I




"One and a half dirty nude. 2020"

Detalle D



"One and a half dirty nude. 2020"

Vista lateral



"One and a half dirty nude. 2020"














lunes, 24 de agosto de 2020

ESBOZO APROXIMADO DEL NIÑO QUE QUEDA EN MI. 2020

 


"Esbozo aproximado del niño que queda en mi. 2020"

87 x 120 cm

Mosaico/madera









ESBOZO APROXIMADO DEL NIÑO QUE QUEDA EN MI 

Quizá se me ha pasado el momento de admitir que siempre he sido un ingenuo en el momento que tenía entre manos. Aprendí a abrir los ojos después, quizá cuando ya era tarde, preguntarme, aprender y pertrecharme para entonces y para luego. Para no volver a caer, los ojos abiertos. Los ojos abiertos bien. 

De pequeño me quemé un dedo por primera vez. Me hice un corte en la rodilla, de pequeño, la primera vez. Y también sentí, y me ilusionaba, imaginé y me equivoqué, la primera vez, de pequeño. Qué complicado es todo, dije en voz alta, reanudando las estrellas. De pequeño, por ingenuo desde siempre, no sabía el valor de asombrarme por todo, de seguir adelante explorando el mundo, descalzo o con unas malas chanclas. El dedo me dolía, la rodilla me dolía, y lo que sentí de más, lo que me ilusioné de sobra me dolía. Pero si me quedaba allí, en eso, mi ingenuidad me decía con media lengua que me equivocaba, esta vez por segunda vez. Peor que la primera, porque esta vez, me dejaba.

Así que me dije que por quemarme un dedo, por un corte en la rodilla, por sentir e imaginar y equivocarme, no podía cerrarle las puertas a la posibilidad del asombro. Así que siendo siempre el mismo, me mudaba. Empezaba de nuevo. Aprendí, con ese dolor de vez en cuando, a decir a la gente no me esperes donde siempre. Después todo se empeñó en irse complicando. 

Cuando era pequeño fueron dos veces los puchos de la vecina, una vez en su casa, y la otra vez en la mía. Y qué quieres que te diga, hay muchos otros temas que me importan, pero estos son los que se me ponen delante cuando escribo. En eso y en todo, el arte de errar es el arte de encontrar. Así que siempre adelante, tan descalzo. Porque ¿cómo quedarme en el dedo que me quemé, cómo quedarme en el corte que me hice en la rodilla, en lo que me desilusionó tanto que había imaginado? 

Vine tropezando por un camino negro hasta este día gris. 

Fue desorden, fue ardor ciego, equivocado tantas veces, pero era olor rosado marrón morado oscuro de mujer, y mi mirada no quiere nunca apagarse, y mi corazón no quiere de dolor vivir acorralado. Adelante siempre, tan descalzo. Poco me duelen los pinchos, si ya están en mi. Poco me iban a callar equivocaciones o tropiezos en el tonto candor de lo bello de mi mundo ilusionado. Empiezo de nuevo, y no abandono nunca el temor de volver a las andadas. Que me pierdan el corazón y la boca y todo ande sucio destrozado, pero me niego a hundir en dolores de antes lo que con el olor de ahora fructifica en un abrazo verdadero. Y de cada poro de la piel una mano inocente abierta que va buscando la otra piel. Y si calla la palabra, no se equivocan el tacto ni el sabor, ni el olor. Adelante, tan descalzo, llegué porque vine. 

Vine tropezando por un camino negro hasta este día gris. 

Me quemé hace poco otra vez el dedo. Hace poco me hice nuevamente un corte en la rodilla. Semanas, días, me ilusioné otra vez, y otra vez equivocado. Pero no me entiendas desde esos días. No me busques donde siempre. Mírame. Pregunta. Escucha y pregunta otra vez, pues para cosas así, hasta ahora y hasta aquí he llegado. Mírame. Me quemé un dedo y no me transformé en ese incendio. Me hice un corte nuevo en la rodilla y no me puse de parte del dolor ni del suelo. Mira que todo lo que me equivocó no me puso de parte del engaño. Me despido tan fácil de la sangre que pierdo, porque con honestidad y asombro la hago de nuevo. 

Mírame ahora. Pregunta ahora. Olor rosado marrón morado oscuro de mujer, ahora, pues quien soy nunca está dicho del todo. Ahora, pues no está hecho lo que hago, ni sentido lo que siento. En este mundo gris, mi mirada limpia, paso a paso tan ingenuo, tan descalzo, a ver esto cómo es, a ver qué viene y qué tiene de bello, de digno y asombroso. A ver qué puede enseñarme. A ver cómo lo vivo. A ver qué hago. 

Jag. 
26_6_2020


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BAILARINA ROSA. 2020

 


"Bailarina rosa. 2020"

62 x 56 cm

Mosaico/madera


Propiedad particular


Detalle zona superior












Detalle zona inferior